Gelats Torres

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Gelats Torres

 

En 1930 Miquel Torres y Maria Llorens, que ya tenían seis de sus diez hijos, vivían en la calle Qui no Passa. En el patio de su casa empezaron a elaborar helado que Miquel repartía después por las calles de Ciutadella con un carrito que llevaba una heladora. Un amigo valenciano, Francisco Amorós, fue quién dio la idea a Miquel de hacer los helados, además de ayudarle a comprar el carrito de reparto.

A medida que el negocio prosperaba, se incorporaron nuevos productos como por ejemplo diferentes tipos de caramelos de Pascua, barquillos planos y redondos, avellanas, etc. En 1940, Gelats Torres abrió un establecimiento en Ses Voltes, 1, donde todavía se encuentra en la actualidad y en el que siguen elaborando helados, polos, horchata, etc.

Toni y Llorenç Torres fueron los hijos que continuaron el negocio familiar con la ayuda de sus hermanas Tònia y Coloma. En esta nueva etapa ampliaron el surtido de helados con nuevos sabores como vainilla, fresa, chocolate, avellana y Jijona.

En 1964 Gelats Torres sacó al mercado una versión de horchata de chufa valenciana, hecha con una maquinaria comprada en Barcelona, que todavía hoy es uno de los productos estrella de la empresa. En la actualidad los helados se comercializan en diferentes tiendas y supermercados de la ciudad, pero la horchata sólo se puede encontrar en Gelats Torres.

Hoy en día, dos hijas de Llorenç llevan el negocio familiar, Joana y Tònia, que cuentan sobre todo en verano con el refuerzo de la cuarta generación familiar.

Como curiosidad, hay que destacar que muchos habitantes de Ciutadella conocen Gelats Torres con el apodo de «Mèrvol», a raíz de una merienda que hizo Miquel Torres Amengual con un grupo de zapateros en su huerto. Allí había árboles frutales como un peral con peras de gran tamaño y buen aspecto, por lo que algunos de los zapateros dijeron que eran «com mèrvols». Desde aquel día Gelats Torres fue conocida como Cas Mèrvol.

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