Sa Farinera

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Sa Farinera

 

Este negocio existe desde que José Tur Tur, Vicent y Mateu Verdera Juan, en 1957, compraron una parcela y construyeron lo que sería Sa Farinera. Años después, Víctor Tur Mayans, padre del actual propietario, compró las partes de los socios para ser quien regentó Sa Farinera hasta su jubilación, momento en el que dejó el negocio a su hijo, Jaume Tur Verdera, quien continúa al frente actualmente.

Desde sus inicios, su actividad ha sido básicamente moler el grano que traía la gente del campo de la isla y obtener harina que utilizaba tanto para hacer pan como para alimentar a los animales de la casa, especialmente, el cerdo, que se criaba cada año para hacer las tradicionales matanzas.

Al lado del molino, desde siempre ha habido también un pequeño cuarto que se utilizaba como tienda para vender los productos que eran necesarios para el campo, desde semillas hasta herramientas de trabajo. De hecho, es el único negocio que ofrece este tipo de productos para el campo. Han dispuesto desde sus inicios de una zona de aparcamiento propia, donde todavía se conservan las anillas en las que antiguamente se podían amarrar a los animales de los carros.

Como elemento patrimonial destaca el interior del propio molino y la conservación intacta del establecimiento. Sa Farinera está utilizando a día de hoy la misma muela para moler de los inicios del negocio, a excepción de una parte que se rompió y se tuvo que sustituir. Inicialmente, se movía con un motor de gasóleo que se cambió por uno eléctrico en el momento que llegó la luz a la zona.

Como anécdota, comenta Santi que durante el franquismo escondían el grano de los payeses y que, cuando pasaba por delante del molino el carro de los muertos, el molinero paraba de hacer harina para rendir homenaje al difunto.

 

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