Magdalena Llufriu: «Can Llufriu es un negocio de proximidad con una clientela fiel que sabe que en nuestra tienda encontrará prácticamente de todo»

Can Llufriu es un negocio de referencia en Ciutadella. Probablemente no podría entenderse la historia reciente del municipio sin la aportación histórica, social y económica de este establecimiento, catalogado como comercio arraigado con historia, en el marco del programa de establecimientos Emblemàtics de les Illes Balears.

Magdalena Llufriu, actualmente al frente al negocio familiar, relata que «en un principio, cuando se abrió el negocio en 1947, los productos iban dirigidos al campesinado porque era un sector muy importante de la economía de Menorca en aquel momento. Teníamos esparto, cuerdas, lonas, cubos y muchos otros materiales empleados para la vida y producción en el campo, y poco a poco fuimos ampliando la gama de productos que vendíamos y también la clientela más allá de sólo los campesinos. También incorporamos el montaje de cortinas y rielería en toda Menorca, así como el famoso friso que ponía todo el mundo para las humedades».

Además, recuerda cómo en momentos puntuales de su historia pudieron introducir cambios que les permitieron adaptarse y seguir siendo un referente. «Con la crisis económica a mediados de la década de los años noventa se amplió la tienda también hacia artículos de decoración y muebles auxiliares, manteniendo casi todo lo que ya ofrecíamos, aunque adaptándolo a los nuevos tiempos». Actualmente, señala, «Can Llufriu es un negocio de proximidad con una clientela fiel que sabe que en nuestra tienda encontrará prácticamente de todo».

Este comercio destaca por su calidad artesana, un valor añadido durante toda su trayectoria, «aunque tenemos muchos tipos de artículos, todos los productos hechos de manera artesana y con productos naturales tienen gran relevancia. Así, tenemos todo tipo de cuerdas: rústicas, de esparto, cáñamo, algodón para macramé y embutidos, así como objetos como leñeros, cestas de palma, cestos para setas (esclata-sangs), taburetes rústicos de bova y de tamarit, alfombras de esparto y de fibra de coco, alpargatas, escobas de palma y mijo, además de moldes para elaborar las famosas formatjades, pastissets i crespells, repostería tan típica de Ciutadella», explica Llufriu.

En la última edición de los premios Onda Cero, Can Llufriu fue galardonado en la categoría de Comercio Local. Consultada sobre qué significa para la familia este reconocimiento, Magdalena Llufriu indica que «la condición de comercio local para nosotros significa comercio de proximidad, trato personalizado y directo, encontrarte con personas con experiencia que te atienden para aconsejarte sobre lo que uno busca y ofrecer un producto de cierta calidad que muchas veces no se puede encontrar en otros lugares».

Llufriu es rotunda cuando expresa lo que más le gusta de su trabajo: «no tengo ninguna duda de que el buen y personalizado trato que dispensamos».

Sobre los retos, esta empresaria local sostiene que el futuro pasa por ir adaptándose a los nuevos tiempos, sin perder la identidad. «Está muy claro que el comercio en general está bastante herido, ya que el comercio electrónico representa un 24 % de sus compras en España. Pero afrontamos el futuro con ganas de trabajar y adaptándonos a las nuevas tecnologías. Creo que todavía podemos seguir siendo un referente dentro de la economía de Menorca».

Así, 77 años después, Can Llufriu es una tienda de visita obligada, que cuenta con un amplio abanico de productos de decoración y muebles auxiliares.